Natureduca - Portal educativo de ciencia y cultura |
Antártida
CIENCIAS - INVESTIGACIÓN
La investigación post-AGI - 2ª parte
urante el periodo del Tratado Antártico, ha habido un firme crecimiento en el número y naturaleza de los proyectos científicos internacionales, no solo por países con presencia e interés territorial en la Antártida, sino también por otros que no mostraron en décadas, o nunca, reclamación alguna de soberanía (véase el artículo Historia política y reivindicaciones).
En este grupo se encuentran por ejemplo Italia, que proyectó su primera expedición durante 1975-76; Uruguay, que hizo su primera expedición terrestre en 1975; Polonia, que estableció programas marinos y terrestres durante 1976-77; Alemania, que emprendió trabajos de gran envergadura en 1980-81; La India, que empezó a trabajar a principios de 1980; China, que estableció su primera estación en 1984; y últimamente también España que estableció su Base Juan Carlos I a finales de 1988.
Un ejemplo del trabajo conjunto y del valioso intercambio de información y resultados obtenidos en la investigación posterior al AGI, lo depara el realizado durante el año 1962:Casi se encuentran representadas todas las ciencias físicas, en los estudios llevados a cabo bajo los programas de todas las naciones que colaboran en el Continente Antártico. A menudo tienen un impacto directo en campos tan distantes como meteoritos, geología planetaria, tendencia continental, hidrología y su equilibrio global, meteorología e historia del clima, o biología y estudios de población. Los programas biológicos reflejan intereses propios del ecosistema antártico, y los demás intereses en otras partes del mundo en lo que se refiere a ecología y conservación.
La historia ballenera en el antártico hizo ver claro a los científicos la necesidad de conservar las poblaciones biológicas (véase el artículo La CBI y la industria ballenera). Aunque el área al sur de los 60º contuvo reservas naturales de más o menos magnitud, la Convención para la conservación de los Recursos Marinos Antárticos (1982) estableció un marco legal a las inquietudes de la comunidad científica.
Uno de los campos científicos más inesperados surgió a finales del siglo 20, cuando fueron descubiertos gran cantidad de meteoritos por expedicionarios japoneses en 1969. En menos de una década el suministro de meteoritos disponibles para su estudio se dobló, pero bajo el hielo existen con toda certeza muchos más. (véase el artículo Meteoritos bajo el hielo).